El actual sistema educativo insiste en inculcar conocimientos, en “meter hacia adentro”, no en “sacar hacia afuera” como indica el orígen de la palabra educar que deriva del latín “erudire o educere” : guiar, conducir…
Ello es fuente de no poco estrés en nuestros hijos, pues no todos nacemos con las mismas habilidades. El sistema actual, considera “fracaso escolar” a todo aquél que no entra en los cánones establecidos.
En cada uno de nosotros está la posibilidad de actuar o de seguir dormidos , escondidos detrás de cómodas excusas que no traen más que estancamiento e infelicidad. Cada uno somos responsables de nuestro pequeño granito de arena.
Eduquemos con el ejemplo, con nuestros actos, decisiones y capacidad de gestionar las emociones, bien sea a nuestros hijos o a nuestros colaboradores. ¡Eduquemos el mundo!